Sunday, September 24, 2006

Ho Chi Minh, al alba


Lo de esta ciudad es impresionante. Debe tener mas de los seis milones de habitantes que dice su censo oficial, porque no es normal la gente que hay en la calle un sabado a las siete de la manana. Decidimos que vamos a ver un mercado de la electronica, el museo de la guerra, una pagoda, y la zona centrica. Al ir callejeando damos con un mercado de los tipicos que vemos en los documentales, hay animales vivos, todo tipo de frutos y cosas raras. Hasta llegar al museo recorremos bastante la ciudad asi que vemos de todo: hay peluqueros en la calle, uno tios que te limpian el oido, o mecanicos que se ponen a arreglar motos en cualquier lado sin casi herramientas. A la entrada del museo nos encontramos con una pareja de espanoles, que nos comentan su viaje y nos recomiendan un restaurante que ellos les aconsejo un gallego que tiene otro restaurante en Hanoi.
El museo de la guerra, o de los horrores. Es logicamente partidista y antiamericano, pero no hay manipulaciones. En los jardines tienen helicopteros, aviones y vehiculos estdounidenses; y en el interior hay fotos, relatos, graficos y simulaciones de los efectos de la guerra en Vietnam: ninos deformados por el agente naranja, campos devastados por los herbicidas, vietnamitas reventados por el napalm y demas fotos poco politicamente correctas. En resumen, ves lo que no nos ensenan en las peliculas.
Parece mentira, pero despues de esto nos vamos a comer. Y a salida del museo estan al acecho taxistas y demas. Nos da, y pillamos un "ciclotaxi", es decir un tio en bici que tira de un carrito donde vamos los guiris de turno. LLegamos al restaurante y comemos carne adobada en salsa de ajo, que tu mismo haces en unas brasas que traen a la mesa, arroces, rollitos vietnamitas, cervezas y cocos, todo ello abundante y no llega a 4 euros barba. De esto de los precios hare un capitulo aparte.
Salimos, andamos bastante y nos encontramos a los del ciclotaxi de antes. Le alegramos el dia ya que lo volvemos a coger, pero el tio se lo merecia porque era un cachondo. Nos vamos para Chinatown, que no tiene nada que ver con la de Nueva York, ya que en la de aqui vemos tristemente autentico tercer mundo: al llegar habia unos cuantos ninos descalzos y sucios, y al llegar a un puente vemos al otro lado chabolas en el rio Saigon, que es bastante putrefacto. Dado que tampoco somos el ingles cachondo de los documentales pues nos volvemos y seguimos por la Chinatown mas normal. Aqui hay muchas pagodas o templos de la religion que tengan los emigrantes chinos, no se si es mao o buda, el caso que el inventor seria un productor de incienso, porque lo queman en cantidades industriales.
Ya hemos hecho el dia y nos volvemos al hotel.

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